Nunca es fácil. Aborto en el 1º trimestre.

Llevo varios meses intentando escribir este artículo. Después de 2 abortos seguidos no he sido capaz hasta ahora de hablar sobre el tema. Y es que nunca es fácil. Mucha gente me pregunta si es mejor en casa o en el hospital, con pastillas o legrado. La realidad es que siempre duele y que siempre es duro.

Nunca es fácil ir a la ecografía y ver que tu hijo no crece, que no se escucha latido, cuando hace dos semanas era un embrión que no paraba quieto.

Nunca es fácil estar tumbada en la cama de un hospital esperando a que te lleven al quirófano y tener que escuchar los lamentos de las enfermeras porque tienen mucho trabajo y que te traten como un trozo de carne mientras que tú en lo único que puedes pensar es en que te van a limpiar el útero donde hace dos días tenías a un nuevo ser en pleno desarrollo.

Nunca es fácil que te feliciten por tu embarazo y tener que explicar una y otra vez que lo has perdido mientras intentas no escuchar las frases de la gente intentando animarte diciéndote que volverás a quedarte embarazada.

Nunca es fácil tener un aborto espontaneo en casa, empezar a sangrar, y que en urgencias te digan que no te preocupes, que a la próxima lo lograrás. Como si estuvieras en la caseta de tiro de la feria y no hubieras conseguido el premio gordo. ¿Qué no te preocupes? ¿Qué es normal?

Nunca es fácil. Nunca es normal la muerte, y siempre hay que pasar por un duelo. Desde el minuto uno en que estas embarazada ya tu cuerpo y tu mente saben que viene un hijo al que desde ya quieres, sientes y piensas como tuyo. Y cuando lo pierdes, aunque sea en las primeras semanas es duro y genera un choque tan brutal tanto físico como mental y espiritual que tienes que aprender a gestionar y digerir.

No es fácil quizá porque es algo muy común, y no genera un drama social o familiar. Es algo que la mujer vive ella sola, y por eso mismo es tan duro, porque nadie te consuela y nadie te entiende. Es algo que las mujeres hemos aprendido a llorar en silencio, porque hay mujeres que pierden a sus hijos a los 6 meses de gestación y eso sí que es una tragedia, y no queda bien llorar por un embrión de 8 semanas.

No estoy de acuerdo. Creo que no podemos guardarnos para nosotras solas los abortos en las primeras semanas. Es un trago muy duro de pasar y el cuerpo se queda destrozado y la mente se bloquea.

De verdad, no lo paséis solas, siempre hay una madre, una hermana o una amiga que ha pasado por esto y es la persona que más os puede ayudar y entender, y hay que llorar y desahogarse porque es un proceso duro de asumir y cada uno lo expresa como puede.

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