
No sé cuántas veces he empezado este artículo, todo lo relacionado con el día de la mujer me da repugnancia y me parece un espanto. Todo lo de este día me da mucho coraje, desde las súper feministas que se creen con la verdad absoluta sobre este tema pero que luego no pueden explicar lo que es una mujer, hasta toda la decoración púrpura que domina las redes sociales y las marcas más importantes.
Dicen que reivindican derechos, derechos que por lo visto en plena España del siglo XXI dicen que no tienen, aunque cuando tienen que hacer algo por las mujeres que de verdad viven sin derechos miran para otro lado o asumen las prohibiciones con toda dignidad. (El velo es de lo más chic).
Hoy, aprovechando el día de la mujer, me gustaría reivindicar mis propios derechos, porque estoy un poco harta de que a pesar de ser mujer y de que no se deja de escuchar la palabra sororidad por todas partes, son mis propias camaradas las que me los quitan y me tapan la boca para que no viva en paz y feliz como mujer y persona en un lugar donde ya todo eso debería estar superado.
Quiero reivindicar mi derecho a tener los hijos que me dé la gana sin oír frases de desconocidos burlándose o haciendo comentarios ofensivos sobre el tema.
Quiero reivindicar mi derecho a quejarme sobre mi maternidad.
Quiero reivindicar mi derecho a quedarme en casa si así lo decido.
Quiero reivindicar mi derecho a parir como me lo pida el cuerpo.
Quiero reivindicar mi derecho a ser católica y no ser menos mujer por eso.
Quiero reivindicar mi derecho a tener varias cesáreas sin que el médico tome decisiones sin consultarme.
Quiero reivindicar mi derecho a poder parar porque no llego a todo y no pasa nada.
Quiero reivindicar mi derecho a llegar virgen al matrimonio sin burlas ni canciones absurdas.
Quiero reivindicar mi derecho a recibir formación afectivo-sexual de calidad en el colegio para poder entender que mi cuerpo es un templo y que mi dignidad está por encima de todo.
Quiero reivindicar mi derecho a pensar bien de los hombres y verlos como compañeros de vida y complementarios a nosotras.
Quiero reivindicar mi derecho a educar a mis hijos como quiera sin imposiciones de ningún tipo.
Quiero reivindicar mi derecho a vestir a mis hijas de rosa y a mis hijos de azul.
Quiero reivindicar mi derecho a expresar lo que dice la biología humana.
Quiero reivindicar mi derecho a educar a mis hijos como caballeros y a mis hijas como señoritas.
Quiero reivindicar mi derecho a que se me valore en mi empresa según mis aptitudes y habilidades y no por ser mujer.
Para aquellas que tenemos claro lo que es una mujer, felicidades, porque mujeres hay muchas, y muy diferentes, pero todas con la misma dignidad y con las mismas ganas de ser felices y hacerlo lo mejor posible. Ser mujer es una bendición, no dejes que nos lo arrebaten.
¡Viva la mujer, pero las de verdad!
